NUEVA  MINISTRA  DE  EDUCACIÓN
 (18-12-2016).
La  inauguración de una nueva faceta de este BLOG, en base a artículos breves en la medida que ocurren acontecimientos importantes en el campo educativo peruano, coincide con la juramentación hoy, 18 de diciembre del año 2016, de la Ministra  de Educación Marilú Martens de Aguirre. Parabienes para ambos.
Al par que se le desea un exitoso trabajo en el portafolio, es de alegrarse de que se trate de una persona al parecer con recorrido educativo público y privado, cosa muy ajena  a muchos ministros de educación.
La historia republicana indica que la gran mayoría de los ministros no han sido educadores de profesión. Este siglo nos muestra ministros de Educación venidos  de sectores como: abogacía, sociología, economía, ingeniería; igualmente han sido muy raros los viceministros educadores: ellos provienen en general de variadas profesiones. Para los docentes es claro que buen número de errores de los últimos decenios no hubieran ocurrido de haber predominado educadores con experiencia en aula y dirección escolar.
Por ello un buen aporte sería solicitar a la Sra. Ministra que se escuche más a los maestros y profesores de planta  que a los técnicos ministeriales que se pasan el tiempo creando novedades impracticables (por ejemplo buena parte de los permanentes cambios curriculares de los últimos años), así como múltiples y detalladas medidas que impiden  iniciativas de  las entidades educativas y de los docentes.
También que recuerde a las autoridades ministeriales los artículos 13 y 16 de la Constitución, aplicado tanto a las entidades estatales como privadas, que permitiría un aire de innovación y creatividad que está aplastado por la increíble normatividad educativa existente (mucha más dura que la del SNIP para las empresas).  Ellos son:
            Art. 13:           “El Estado reconoce y garantiza la libertad de enseñanza”.
            Art. 16:           “El Estado coordina la política educativa. Formula los lineamientos generales de los planes de estudio así como los requisitos mínimos de los planes de estudio” (lo que no condice con la mil normas existentes).
Es bueno recordar que la política educativa internacional va en la línea de la necesidad de una mayor autonomía a las instituciones educativas como forma necesaria para que ellas sean las que innoven, de acuerdo a su realidad, y así se pueda reformar realmente la educación. La verdadera reforma educativa no viene de los cambios nacionales cuanto de los que hace la propia institución educativa.
Lo que hay que hacer es “empoderar” a las instituciones educativas y sus docentes colaborando a que consigan sus objetivos y evitando normarlo todo “empoderando” al Estado. El MINEDU debe revisar toda la normativa simplificándola totalmente.
Por otra parte, sería bueno recordar al nuevo equipo ministerial que se va a iniciar que su tarea central está en la Educación Básica con casi 8´000,000 de alumnos, los cuales en su inmensa mayoría pertenecen al alumnado de la Básica Regular, el cual con frecuencia es descuidado por demasiados proyectos muy focalizados a aspectos muy concretos y trepidantes, pero de muy reducidos destinatarios.