CURRÍCULO 2017 vs. CURRÍCULO 2009
(18-01-2017)
Tres días antes de la segunda vuelta electoral y de que el MINEDU pudiera, por ley, sacar documentos
de este tipo sin consulta con el siguiente gobierno, se produjo algo que ya no
se esperaba y que un mínimo de respeto
y educación por el gobierno entrante no lo hacía ético: establecer, por ley
vale para cinco años, el currículo nacional de Educación Básica.
Es decir, condicionar
al gobierno siguiente a llevar por todo su período presidencial un
planteamiento que el gobierno no había podido culminar en cinco años y que
hasta lo presentó incompleto. Ciertamente nada honroso para el ministro Jaime
Saavedra y para quienes al parecer presionaron para la salida de dicho
documento.
CURRÍCULO
NACIONAL 2009.
Este currículo fue el
resultado de un trabajo de varios años (2003 al 2008) durante los gobiernos de
Alejandro Toledo y Alan García, el mismo
que tuvo diseños por sectores en los años 2004 y 2005. Se hizo una integración
y articulación de todos los niveles y, teniendo en cuenta la ley de Educación
(2003) y el Proyecto Educativo Nacional (2007), se concretó a fines del año
2008 para su desarrollo a partir del año 2009.
El espacio no permite
un análisis profundo y completo, pero sí se observa entre otros: a) un punto de
partida sólido en torno a una educación integral centrada en la ley de educación (pero hubiera sido mejor
partir de artículos constitucionales); b) previo al desarrollo de los programas
de Inicial, Primaria y Secundaria se encuentra
una explicación orientativa sólida, breve (algo más de 40 páginas) y muy
clara para el fácil entendimiento de los docentes; c) al considerar competencias, capacidades,
actitudes, valores, sentido ético, etc. se observa que no se impone ningún
modelo como único. Esto se ve también en la programación de los diferentes niveles.
Todo esto permite ver que se ha respetado la flexibilidad, libertad de
enseñanza y descentralización.
CURRÍCULO
NACIONAL 2017
El punto de partida
parece que hubiera sido “el cambio por el cambio”, o tal vez motivos políticos
o ideológicos. Como se ha dicho ya por muchos no se inició por un análisis
evaluativo del currículo anterior (con apenas dos años de recorrido. Tampoco
tuvo como centro un desarrollo ordenado y secuencial partiendo de un marco
teórico orientador
Se centró demasiado
rápidamente en aspectos muy concretos y metodológicos y bajo un modelo cerrado
de “competencias”. A no tener un punto de partida teórico o referente sólido el
“cambio permanente” ha sido el modo de realización, lo cual ha
desconcertado a instituciones y docentes
y complicó las capacitaciones. Asimismo los numerosos elementos de obligatoria
consideración por el profesorado, algunos no de fácil entendimiento de los
docentes y menos de elaboración, hacen muy difícil un desarrollo exitoso, salvo
en muy pocas instituciones y maestros.
CONCLUSIÓN.
No se ve buenas
perspectivas para este amplísimo y detalladísimo diseño curricular. Habría que
ir pensando en un mucho más corto, flexible y respetuoso de la libertad local.